Desgarradoras encuestas de carne y hueso: El desempleo amenaza con oprimir la economía nacional.
- Ángel Gastón Vera

- 21 oct 2021
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 21 oct 2021
Una noticia de Bolivia debería preocuparnos, porque si se compara lo que pasa acá podría ser hasta peor. Diario “El Deber” informó este jueves, por Twitter, la aprobación de una ley por la cual, debido a la pandemia y pérdida de empleos, se autoriza a los afiliados a su Seguro Social a retirar sus ahorros guardados para su retiro laboral. Parece una noticia lejana, pero solo parece, porque la nuestra, en la misma materia, debería causarnos absoluta alarma y movernos a la acción.

Mientras a los bolivianos les autorizan a retirar sus ahorros previsionales, aquí, hace más de un año que ya fueron retirados los fondos de reserva individual y ahorro de cesantía que tenían depositados en el IESS cientos de miles de afiliados que perdimos el trabajo.
Entre tanto, el Instituto Nacional de Estadísticas sale con que el índice de desempleo en el país es de 5,4 %. Creerles sería ingenuo, pues con 5,4 % de desempleo no habría crisis socioeconómica; 5,4 % fue el índice de desempleo en Estados Unidos, calculado a julio; 5,4 % es un desempleo inferior al de Alemania, que tuvo 5,7 %. Medio para equilibrar, el instituto estadístico nos cuenta que hay un índice de “Empleo Adecuado” de 31,8 % y de subempleo de 24,6 %.
Pero las cifras del INEC se hacen a base de una encuesta (no sé si presencial, aunque me late que telefónica), una metodología de investigación que para el caso me huele a imperfecta. Por mi parte, prefiero las encuestas de carne y hueso -como dijo algún político- y, en materia laboral esas encuestas de carne y hueso se llaman contratos de trabajo. Las del INEC huelen a encuestas de puro hueso.
El año de la pandemia, año de muerte, confinamientos, quiebras, cierres de hoteles, de comercios, de paralización y pérdidas, 650.000 trabajadores que perdieron su trabajo, arreglaron con sus empresas indemnizaciones y liquidaciones, según el Ministerio de Trabajo. Si a eso se le suman los empleos informales que se perdieron y los que aun siendo formales los exempleados no lograron arreglar sus liquidaciones, es de imaginarse que serían una suma similar o superior, es decir, la pérdida real fue cercana al millón y medio de puestos de trabajo.
Ahora, es verdad que en la economía se percibe una recuperación, pero es muy leve. Las encuestas de carne y hueso, o sea, los contratos de trabajo de verdad registrados en el ministerio respectivo en su portal web, suman 310.534 contratos nuevos. Algunos respirarán aliviados pero, al mismo tiempo, se dio por terminado 409.284 contratos.





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